Pedro, el carnero

 También podía decir que aunque hay mas momentos malos que buenos, también podemos decir que hemos tenido buenos momentos, esos que nos hace seguir adelante. Para muchos el llegar a una explotación ver aquellos animales que has criado desde pequeños teniendo crías y que las cosas les va bien hace que la vida siga mereciendo la pena. En este caso me refiero a las ovejas, unos animales que he criado desde pequeños, en las que comencé con dos hembras y un macho y que si hacemos la suma de todos aquellos animales, corderos incluidos en los mas de nueve años que llevo con ellas han rozado los treinta animales. 

El animal que mas alegría me ha dado es el carnero que deje la primera vez, fue el primer parto de las ovejas, una crió una hembra y la otra un macho. El pastor que me regalo las dos primeras ovejas me dijo que no seria un buen macho reproductivo, que no presentaba cualidades, pero aun así quedo en la explotación. Hoy es un campeón, un carnero de raza merino con mas de 140 kilos de peso y que hace que sus crías sean increíbles.

Para muchos cuando hablan de sus carneros hablan como buenos sementales, con que hay que tener distancia, pero este animal desde pequeño siempre ha estado a nuestro lado, lo puedes llevar a cualquier lugar, lo llamas con un pedazo de pan y te lo llevas al fin del mundo. En eso ha salido a su madre, que con cualquier pedazo de pan o una bolsa la llamas y la llevas al fin del mundo. 



 

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