La vida te golpea

 No siempre hay días buenos en esta vida, es mas quizás para encontrar uno bueno tenemos cinco regulares y seis malos, pero lo bueno de esto es que ya nos acostumbramos a perder. He tenido días malos también, tres de ellos con los mismos animales, en esta ocasión las gallinas. En una de las explotaciones había organizado un gallinero para las gallinas, con toda la ilusión había vallado con una buena alambrada, había construido un gallinero, sus ponederos, me había quedado la verdad bastante bien. Pero quizás aquel año no debía de empezar bien aquella mañana, porque un uno de enero y el regalo que me encontré es tener mas de cincuenta gallinas muertas, solo mordidas en el cuello por animales salvajes. 


Aun así un par de meses después, cambiando de lugar, mejor preparado en una nave semicerrada con alambrada volvimos a tener unas cuantas de gallinas, esta vez una treintena, poco les duro la vida a aquellos animales pues al segundo día de estar allí no quedo ninguna con vida. Se que los hombres de campo están acostumbrados a ser fuertes pero ver el destrozo de aquellos animales se hace duro.



Cambiando de explotación hicimos un pequeño gallinero, en aquel lugar llevaban mas de un año sueltas libremente, cuarenta gallinas y dos pollos grandes. Si el destrozo primero fue duro, ver que había plumas en toda la cerca de treinta hectáreas donde se haya el gallinero se hace mas duro. Esta vez los águilas habían matado en dos días mas de una treintena de gallinas y los dos pollos repartiendo los animales por todos lados. Solo había plumas y algunas gallinas muertas. 


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